Geografías Lectoras. Una oportunidad que nos permite recordar que sabemos leer, que podemos leer y que esto nos hace personas libres. Un niño con un libro en las manos es la mejor imagen de un mundo en calma, lejos de la velocidad de las imágenes, el ruido y las redes.
La magia de la lectura nos acompaña cada vez que desconectamos el enchufe de la prisa y la realidad para encender el faro de la imaginación. Muchas experiencias y momentos en una semana al servicio de la creatividad, de los universos fantásticos, de las geografías lectoras. Un lujo que disfrutamos cada año en nuestra Semana del Libro.
Lo mejor es que nuestros niños reciben cada propuesta como una búsqueda del tesoro, como una nueva aventura con premio final: el superpoder de la lectura que nos permite viajar hacia el exterior pero también hacia el interior de nosotros mismos. Estamos salvados. Aún tenemos libros. Aún hay niños que saben mirar desde las líneas de un libro.