Y a las puertas de la adolescencia, nuestros niños empiezan un recorrido personal rico, difícil, imprevisible, de una fuerza maravillosa. La adolescencia es una oportunidad única para nosotros y para ellos.
Es una etapa de búsqueda, un recorrido hacia el autoconocimiento y la posición vital que requiere un acompañamiento exquisito: cercanía, firmeza, cariño, límites, diálogo, paciencia y visión de futuro. Son nuestras mejores herramientas.
Aprendemos mucho de nuestros adolescentes, los cuidamos sabiendo que esta etapa es fundamental para llegar a ser adultos conscientes de su propia vida. Amores, rebeldía, fracasos, energía, desánimo, fluctuaciones, éxitos…pura vida.